La última película de Santiago Mitre tiene por título original Petite Fleur en referencia a la canción de jazz de Sydney Bechet. Pero no solo. También por la producción, que se llevó a cabo en Francia a pesar de que el material en que se basa es tan argentino como el propio director. “Pequeña Flor”, la historia que toma libremente de base, es la quinta novela del escritor porteño Iosi Havilio. Mitre, conocedor de su obra, sintió el impulso de adaptarla al cine y trabajó con su co-guionista habitual, Mariano Llinás, para poder llevarla a la gran pantalla.
Havilio, autor reconocido en Argentina por sus obras excéntricas y experimentales, concibió “Pequeña Flor” como una novela corta de un solo párrafo. En ella, José y Laura atraviesan una crisis de pareja desde el momento en que él se queda sin trabajo. La pérdida de su empleo le lleva a cavilaciones excéntricas, sorprendentes, obsesivas y siempre aderezadas con el ácido sentido del humor de su voz narradora. Mitre y Llinás recogen su tono para dar forma a la comedia que es Petite Fleur, primera en la filmografía de un director que hasta ahora se había movido por los terrenos del drama y el thriller.
Sobre la novela, traducida al inglés, al francés, al hebreo y al turco, la Revista Ñ escribió: «Pequeña flor es un único párrafo escrito en una noche por un personaje pusilánime que se convierte en asesino para poder verse en el espejo». Por mucho que la producción francesa haya trasladado la historia a Europa y que el personaje de Laura se haya transformado en Lucie, Petite Fleur conserva la esencia de esa historia ideada por Havilio: una reflexión tanto de los sinsabores como de los encantos de la rutina.
En nuestro país la novela ha sido editada por Literatura Random House y su adaptación podrá verse en cines a partir del viernes 9 de diciembre.